El manejo de los costos es clave en el éxito de los proyectos inmobiliarios. Estos se pueden clasificar básicamente en tres (3):   1) materiales, 2) mano de obra 3) maquinaria.    En mi experiencia la distribución es 40% en materiales, 40% en mano de obra y 20% en maquinaria.  Una variante es añadirle el costo de subcontratos, pero a su vez el subcontratista maneja la misma composición anterior.

Dado que la mano de obra representa casi la mitad de los costos de cualquier proyecto, el tiempo se convierte en un elemento vital para el manejo adecuado de los mismos.  Cualquier retraso impacta directamente en el valor de cualquier obra. Para los materiales y la maquinaria, el efecto del tiempo es mucho menor.

Dicho, esto el subcontratista tiene que estimar la cantidad de personal y planilla debe pagar.  En caso de que el proyecto se demore por culpa de cualquier otro suplidor, el subcontratista es afectado en su rentabilidad y a su vez, se puede hacer necesario renegociar el precio o abandonar el proyecto.  Esto no lo dimensiona el promotor o dueño del proyecto en su justa dimensión, por eso, aquí es donde se dan la mayor parte de los problemas del desarrollo inmobiliario. El riesgo de incumplimiento se incrementa con el poco margen del contratista o con lo “apretado” de los precios. “No siempre el más bajo es el mejor”.

Abajo vemos el ejemplo de un contrato, digamos de ventanas, pisos o electricidad, donde el contratista hizo un precio fijo cerrado por $750,000 y por temas externos a él se demora 8 meses en vez de los  5 presupuestados.  Vemos que su costo pasa de $750K inicial a $975K.